En ocasiones, por el ritmo diario de nuestras vidas, el estrés y el cansancio, dejamos de darnos cuenta de las cosas buenas que nos suceden cada día. Incluso por ver la vida de otro modo o por no saber apreciar cada momento. La cuestión es que este gran regalo que nos han concedido llamado vida, está lleno de buenos y grandes momentos.

Pequeños detalles que al echar la vista atrás te das cuenta de que son enormes. Una agradable charla y unos abrazos con los amigos, una comida con alegre sobremesa con la familia, un viaje, un concierto, una escapada con tu pareja, ver crecer a un hijo… Estos son unos pequeños ejemplos pero hay muchos más. Simplemente, despertarte y darte cuenta que tienes un nuevo día por delante, es un gran motivo de alegría y por el que debemos de dar gracias. Directamente deberíamos dar gracias por todo lo bueno que nos rodea cada día y saborear cada momento bueno. Deberíamos intentar hacer todo aquello que nos hace feliz antes de que se convierta en aquello que quisimos hacer.

Es verdad que todas las personas no son idénticas. Bien porque no sean igual de optimistas y positivas o bien porque para ellas las cosas normales, otras personas las viven como excepcionales. Por suerte, siempre tenemos cerca alguna persona positiva y llena de luz que nos ayuda a ver las cosas mejor cada día. Y por suerte, nosotros mismos podemos darnos cuenta a tiempo de que la vida es un regalo.

A lo largo de mi vida he podido conocer a personas se dieron cuenta desde el primer momento, otras que se han dado cuenta después de que la vida les diera un duro golpe y  otras que el paso del tiempo les hizo descubrir los pequeños grandes momentos de cada día. Hace poco tiempo, un señor mayor me dijo: “He tenido que ser abuelo para darme cuenta de todo lo que me he perdido como padre, ahora disfruto cada momento de mis nietos, lo que antes no hice con mis hijos”.

No esperes el paso del tiempo ni que ocurra nada malo para darte cuenta, simplemente recibe cada día como un regalo, saborea cada momento, disfruta de todo, disfruta de la vida.